jueves, 10 de diciembre de 2015

Control de la glucemia

En la entrada anterior , "nefropatía diabética", hablamos fugazmente de la diabetes mellitus, pero dada su prevalencia en los países desarrollados y en vías de desarrollo hoy quiero desgranar un poquito más el control de esta enfermedad.


Ya vimos su importancia y sus consecuencias, y es por ello que se trata de uno de los principales controles que el equipo de enfermería realiza rutinariamente a los pacientes, sea cual sea su unidad. ¿y cómo? A través de los análisis de sangre  y  mediante el control de la glucemia.

En el primero de ellos ya lo conocemos, se trata de sacar sangre en un tubo de ensayo preferiblemente con una palomita, normalmente de la vena basílica o cefálica ( del antebrazo) ,y enviarla a analizar al laboratorio.


Y el segundo se utiliza un medidor de glucosa, llamado Glucometro. Para ello se debe realizar un pequeño pinchazo en un dedo de la mano con una lanceta, y recoger esa gota de sangre, depositándola en una tira reactiva que va conectada al glucómetro que procederá a su lectura.


 Es un método mínimamente invasivo, pero algo molesto por los pequeños pinchazos repetitivos, eficaz, sencillo y rápido.

Los valores normales estandarizados son los siguientes:
- Glucosa pre-prandial : 70 - 130 mg/dl.
- Glusa post-prandial: hasta 180 mg/dl. 

Y mediante dichas medidas, en el caso de sufrir diabetes, el equipo médico trata de mantener el control sobre la cantidad de glucosa circulante, para que no hay descensos o grandes subidas que tendrán graves impactos en el organismo, desde desmayos a lesiones visuales irreversibles. 
Ante la subida, administración de insulina (existen variedad dependiendo de su tiempo de acción), o glucagón ante niveles bajos de glucosa en sangre. 

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