domingo, 20 de diciembre de 2015

Última entrada, pero no menos importante.

Aunque ya hice mis 28 entradas mínimas para el trabajo, no me puedo despedir sin escribir una más sobre este tema tan importante. Hoy vengo a hablaros del alcohol.
No voy a explicaros nada que no sepáis ya, que beber es malo, que si bebes no conduzcas...
Sino que vengo a hablaros de un par de pacientes que me encontré en mi primera semana de hospital. Son dos casos muy curiosos, ambos con traumatismos craneoencefálicos. Un joven de 25 años y un anciano de 75. Al joven lo llamaré Antonio y al anciano Luis. 
Os voy a explicar el caso de Antonio. Antonio en una noche de juerga se pasó un poco con el alcohol, cogió el coche, llegó a casa y al salir del coche se tropezó con un bordillo y se dio un fuerte golpe en la cabeza. La policía llegó y como es normal se le hizo una prueba de alcoholemia. ¿Sabéis cual fue la sorpresa de todos? Sí, era lógico que superaba la tasa máxima para conducir (0.25) pero lo impactante es que no la duplicaba ni triplicaba sino que tenía una tasa de alcoholemia de 2.7. Tal fue el impacto de todos que cada vez que entrábamos en la habitación de este paciente alguien lo nombraba como alucinados. 
La siguiente gráfica parece un poco contradictoria, porque se observa que a mayor tasa de alcohol ingerido, menor probabilidad de morir en un accidente. Sin embargo, esto es así porque con tasas más bajas la visión se nubla y afecta por lo tanto, a la conducción. Pero no por ello al beber más se tiene más probabilidades de sobrevivir, ya que cuando más alcohol los daños en un accidente serán más graves. Lo que si es cierto, es que no mucha gente conduce con una tasa superior a 0.49 por lo que, consecuentemente,  el porcentaje de fallecidos  es menor.
El caso de Luis es similar, también sufrió una caída. Pero en este caso, Luis no bebía por diversión, sino porque ya era un alcohólico. 
Estaba ingresado por el golpe que se llevó en la caída agravado por el alcohol que llevaba en el cuerpo. Sin embargo, de este paciente me gustaría destacar que era un hombre normal durante mi turno de mañana, pero por la noche se alteraba demasiado según me contaban a la mañana siguiente. Yo al principio no tenía ni idea de a que se debía esto, hasta que un día me explicaron que era por el síndrome de abstinencia, llevaba ingresado unas semanas, las mismas que llevaba sin beber por lo que por las noches se agitaba. Tal era la agitación que una mañana la mujer nos contó que tenían que atarlo a la cama porque lo primero que hacía era intentar pegarle hasta matarla. 
Con estos dos casos solo pretendo hacer ver a todo el mundo lo malo que es el alcohol, no solo una vez que lo llevas en el cuerpo, sino también cuando tu cuerpo se habitúa a el y te pide más y más incluso haciéndote hacer cosas que sobrio no harías. 
Os dejo otro gráfico en el que se observa que claramente el alcohol es la más mortal de las sustancias ingeridas aunque también hay que decir que dependiendo de la cantidad absorbida (y que el alcohol es la droga más ingerida).

Y hasta aquí mi entrada. Con este tema tan importante me despido. Espero que os haya gustado nuestro blog y que hayáis aprendido cosas nuevas al igual que nosotras al hacerlo. 

¡Hasta pronto!


Un poco de curvas (II)

Ayer, en mi última entrada, os hablaba sobre las curvaturas anómalas de la columna, pues bien, hoy voy a continuar con ese tema.
Además de la lordosis que os expliqué ayer existen otros dos tipos de curvaturas anómalas, una de ellas es la cifosis.
La cifosis es la curvatura de la parte superior de la espalda, que produce un arqueamiento de la espalda, llevando a que se presente una postura de joroba o también conocido como chepa.

La cifosis puede presentarse a cualquier edad, pero sí es cierto, que pocas veces se presenta desde el nacimiento. En adolescentes es provocada por el apretamiento de varios huesos de la columna consecutivos. 
En adultos, puede ser causada por enfermedades degenerativas de la columna como artritis, osteoporosis ya que debilita los huesos pudiendo llegar a agrietarse o comprimirse, por un desplazamiento de una vértebra hacia delante sobre otra al igual que ocurría en la lordosis o por una simple lesión.
Esta anomalía produce dificultad al respirar, fatiga, dolor de espalda, sensibilidad y rigidez de la columna e incluso disminuir la capacidad pulmonar. 
Dependiendo de los tipos de cifosis, existen diferentes tratamientos, en el caso de la enfermedad que afecta principalmente a los adolescentes, conocida como enfermedad de Scheuermann, se podría tratar solo con un corsé y fisioterapia. En caso de que la cifosis sea congénita requiere una cirugía para corregirla lo antes posible. También puede ser causada por tumores, en este caso, el tratamiento sería más agresivo pero también se podría recurrir a la cirugía.

Ahora voy a hablaros de la escoliosis, quiero centrarme un poco más en esta curvatura porque desde mi punto de vista la sufren numerosas personas que no saben ni que la tienen y aunque a simple vista no se aprecie es tan grave como las demás y causa mucho dolor (propia experiencia).
La escoliosis es una curvatura lateral de la columna vertebral que se produce con mayor frecuencia durante el período de crecimiento antes de la pubertad. La columna vertebral de toda persona se curva un poco de manera natural, pero las personas con escoliosis tienen demasiada curvatura pudiendo  llegar a tener forma de S o C.

Para detectarlo el médico pedirá que se agache hacia delante para que sea más fácil ver la columna, pero en etapas iniciales es difícil ver los cambios. Al estar agachado puede presentarse que un hombro esté más alto que el otro o la pelvis inclinada.
El tratamiento depende de factores como la causa, el tamaño de la columna... La mayoría son de origen idiopático (que se desconoce), en este caso no se necesitaría tratamiento pero el médico debería revisarlo cada 6 meses aproximadamente para observar la evolución.
Puede darse que se necesite cirugía para corregir la curvatura, puede hacerse con un corte a través de la espalda, el área abdominal o debajo de las costillas. Esta solo será necesaria si la curvatura de la columna es grave o empeora muy rápidamente.


Entrada número 28, mi reflexión

En la última entrada de este trabajo quiero hacer una breve reflexión compartida con quién aún siga leyendo mis pasos, pero sobretodo me servirá a mí de recuerdo, para fijar ideas y autocrítica.

Empiezo recordando el día que elegí ser enfermera, y día a día reafirmo que los motivos que me llevaron a tomar esta decisión fueron los correctos.

Me encanta mi profesión, la ayuda en el cuidado de fomentar, preservar y curar la salud, pasar por todos los estadíos de la enfermedad al lado de quién la sufre, intentando aplicar mis conocimientos, y no solamente quedándome en lo físico y negativo de las enfermedades, tratar también a las personas y a sus familias. 

Para ello me he dado cuenta la evolución que ha tenido la medicina ya no sólo en éste último siglo...¡en éste último año!. Por ello como propósito de lo aprendido, es no parar de investigar, leer y aprender, porque me he dado cuenta que estoy trabajando con una ciencia dinámica, y que quiero estar a la par, actualizándome a la vez que ésta avanza. Como propósito me marco el objetivo de profundizar en las nuevas tecnologías, que cada vez tienen un mayor impacto en el ámbito hospitalario.( Recuerdo el día que bajé a quirófano, era como entrar en una película futurista al traspasar el umbral que separaba el habitáculo del pasillo).

Positivo, un millar de cientos de cosas, que si trato de buscar lo negativo, no lo encuentro. Puede deberse a la explicación que una vez me dio mi profesor de psiquiatría, "El cerebro humano elimina las malas experiencias suprimiéndolas por las buenas",  y debe de tener razón. 

Del hospital me quedo con la idea de que existe un equipo multidisciplinar, desde bedeles hasta el director del centro, uno sin el otro no saca adelante el correcto funcionamiento del hospital, y que por tanto, el término hospital se lo atribuyo a todos los trabajadores, son ellos quién hacen bueno o malo un hospital, no un edificio.

Y ya para finalizar el escrito, me quedo con la que creo que es la mejor lección, la salud, mimarla y conservarla, no quiero valorarla una vez que ya no la tenga. Lo que me lleva a enlazar con la Atención Primaria, tan importante en el fomento y conservación de Salud.

 La prevención siempre es y será el mejor tratamiento.

Salud para todos ;
                                Att: Irene Rodríguez Revuelta