Los sondajes vesicales se usan para drenar la vejiga y recolectar la orina. Se ponen cuando el paciente presenta incontinencia urinaria (escape de orina o incapacidad de controlar cuando orinar), retención urinaria(ser incapaz de vaciar la vejiga cuando se necesita), cuando hay cirugía en la próstata o en los genitales... Las sondas vienen en muchos tamaños, materiales (látex, silicona, Teflon) y tipos (de Foley, recta, de punta acodada). Una sonda de Foley, por ejemplo, es un tubo suave de plástico o caucho que se introduce en la vejiga para vaciarla de orina y es la que se suele utilizar. Casi siempre se utiliza el sondaje permanente, que es una sonda que permanece en la vejiga y puede permanecer durante un periodo corto o durante mucho tiempo. El fin de este sondaje es introducir la sonda a través de la uretra hasta la vejiga. El material necesario es el siguiente: sonda foley(de tamaño 12 o 14) ,balón, guantes estériles, jeringa cargada con agua, lubricante y un sistema con bolsa colectora. Una vez que tenemos el material colocamos al paciente en decúbito supino(acostado sobre la espalda) y con las piernas abiertas, a veces es más cómodo que tengan las rodillas flexionadas. Montamos el sistema de la bolsa colectora, comprobar el buen funcionamiento del balón introduciendo con la jeringa la cantidad de agua y aplicar lubricante a la sonda. En el caso de las mujeres realizamos la desinfección de la zona genital separando la vulva con el pulgar y el índice, identificamos el meato urinario y lo limpiamos con una turunda impregnada de desinfectante con un movimiento descendente. Introducimos la sonda previamente lubricada lentamente y sin forzar hasta que comience a fluir la orina, entonces introducimos la sonda 2-3cm más, retiramos la guía e inflamos el balón con el agua. Tiramos con suavidad de la sonda para comprobar que queda fijada. En el caso de los hombres sujetamos el pene en posición vertical y retraemos el prepucio desinfectando el meato urinario, ejecutando un movimiento circular de dentro hacia afuera con una torunda impregnada de desinfectante. Introducimos la sonda previamente lubricada lentamente y sin forzar hasta que encontramos un tope, inclinamos el pene unos 45 grados y continuamos introduciendo la sonda hasta que comience a fluir la orina. Inflamos el balón con el agua de la jeringa y tiramos con suavidad de la sonda para comprobar que queda fijada.
A partir de aquí la técnica es igual. Se conecta la sonda a la bolsa colectora, se coloca la parte externa de la sonda de forma que se mantenga sin angulaciones, fijándola con esparadrapo en la cara interna del muslo del paciente para que impida tracciones de la uretra y permita la movilidad del paciente. Muchas veces hay que pinzar la sonda un tiempo ya que si en la bolsa se superan los 500 ml según sondar puede ser peligroso para el paciente.
En cuanto a la retirada de la sonda se realiza con guantes no estériles. Se desinfla el balón con una jeringa, se retira la sonda con suavidad y se limpia la zona genital con agua y jabón.