Buenas tardes, después de una intensa mañana de prácticas en la que no me podía haber pasado nada más (aislaron a uno de mis pacientes y otro falleció), no me queda más remedio, como cada día, que seguir escribiendo entradas.
Como ya os dije en la entrada de ayer, esta semana me dedicaré a escribir sobre pruebas diagnósticas de tumores cerebrales. Hoy concretamente, os voy a hablar de la tomografía computarizada (TC).
Es una prueba diagnóstica de imagen mediante rayos X que crea imágenes transversales del cuerpo, en concreto para el diagnóstico de un tumor cerebral se observaría el cráneo, el cerebro y la cabeza en general.
Además de ayudar al diagnóstico de un tumor también puede se utiliza para observar si existe algún hueso fracturado, coágulos de sangre, hemorragias internas...
El paciente a realizar la prueba debe acostarse en un mesa estrecha y permanecer quieto. Esta se moverá hacia el centro del tomógrafo, y una vez dentro del escáner, la máquina de rayos X rotará al rededor del paciente. A medida que esto sucede una especie de ordenador crea imágenes separadas del área del cuerpo a observar. Además juntando estas imágenes se pueden crear modelos tridimensionales de la zona a explorar. Es una prueba muy rápida y que no causa dolor.
A veces es necesaria la utilización de un contraste para observar mejor ciertas zonas. Este se puede administrar tanto por vía endovenosa como oral y solamente minutos antes de realizar la prueba.
El contraste endovenoso sería un compuesto yodado que presenta dos grandes problemas:
- Puede haber pacientes que sean alérgicos a este tipo de contraste, por lo que a veces es necesario medicarlos antes de introducir el contrate.
- Puede provocar o empeorar (en caso de que ya existiera) una insuficiencia renal. En este caso debería valorarse muy bien si realizar o no la prueba porque es muy útil. Existen casos en los que a pesar de este riesgo es necesario realizarla.
Además puede provocar una sensación de ardor, un sabor metálico en la boca o un calor súbito por todo el cuerpo.
La TC permite observar correctamente tumores cerebrales superficiales o incluso los que se encuentran en áreas más profundas. Sin embargo, no aporta una imagen eficaz del tamaño real del cráneo y consecuentemente del tumor porque solo aporta una imagen plana. Es una prueba muy útil para identificar neurilemomas y meningiomas (tumores de los que ya os hablé en entradas anteriores).
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