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viernes, 18 de diciembre de 2015

Metabolismo del hierro. No a la anemia.

La anemia es la falta de hierro en el organismo. Muchas personas padecen anemia sobre todo por la falta de hierro que hay por ejemplo en las lentejas, carne... Para ello, hay pastillas o medicamentos que nos aportan este hierro que nos falta, pero nunca nos preguntamos como funciona su metabolismo.

 El hierro es esencial para el transporte de oxígeno ya que este se une al hierro de la hemoglobina. El hierro se absorbe en la primera parte del intestino delgado por transporte activo y su absorción es más fácil en estado ferroso que férrico. En el transporte activo participa una proteína transportadora, la ferroportina. El transporte activo se produce en dos etapas: en primer lugar de la luz intestinal a la mucosa intestinal y en la segunda etapa desde el interior de esas células hasta el plasma. Este hierro absorbido o el hierro liberado por la destrucción de los glóbulos rojos en el plasma nunca está libre sino que se combina con una beta-globulina que es la apotransferrina formando un compuesto con el hierro llamado transferrina. Esta lleva el hierro hacia la médula ósea, y el hierro en exceso a los lugares de depósito. El hierro puede depositarse en todas las células pero especialmente en las hepáticas, de hecho es el lugar donde se almacena el sesenta por ciento del hierro en exceso. Al llegar al hígado el hierro se libera de la apotransferrina y se combina con otra proteína que es la apoferritina, formando un compuesto llamado ferritina, que es el hierro en depósito. Esta ferritina cede la cantidad de hierro necesaria para su uso. El hierro puede también almacenarse de una forma mucho más insoluble, llamada hemosidenina (que forma grandes acúmulos en las células). Este tipo de almacenamiento solo ocurre cuando la cantidad de hierro en el organismo es superior al que puede contener la apoferritina. 

martes, 15 de diciembre de 2015

¿Gafas nasales o mascarilla?

Muchos de nuestros pacientes necesitan oxígeno y ventilación por enfermedades o insuficiencia respiratoria. Es importante conocer el material para cada caso, los más utilizados son las gafas nasales y las mascarillas además de ser los más cómodos. 
Las gafas nasales, también denominadas cánulas nasales, constan de un tubo de plástico o silicona con dos púas. Para su colocación, se introduce una púa en cada orificio nasal, dejando la prolongación del tubo por encima de ambos pabellones auriculares. Hay distintos tamaños para neonatos, niños y adultos. Son relativamente cómodas y bien toleradas, permiten alimentación por boca y hablar sin dificultad.
Las mascarillas son dispositivos de plástico flexible y transparente que abarcan cara y nariz. Se fijan con ayuda de una cinta elástica que se pasa por la parte posterior de la cabeza. Hay distintos tamaños para lactantes, niños y adultos. La mascarilla simple tiene dos orificios laterales a través de los cuales entra el aire ambiental y sale el exhalado. La mascarilla Venturi dispone además de un mezclador de aire y oxígeno. La mascarilla con reservorio tiene dos válvulas unidireccionales (no permiten la entrada del aire ambiental pero sí la salida del exhalado) acoplada una bolsa de vinilo. Permiten administrar O2 con FiO2 superior al de las gafas nasales, pero son más incómodas y se toleran peor. En cuanto a los cuidados: no se deben administrar flujos menores de 6 litros por minutos pues se podría retener el CO2 espirado. En las mascarillas con reservorio se debe aportar el flujo suficiente para que la bolsa se encuentre llena de forma permanente (también durante la inspiración).

martes, 1 de diciembre de 2015

¡Al laboratorio!

En medicina interna los enfermos necesitan muchos cuidados, por las mañanas la planta esta muy ajetreada, a las ocho se toman los controles(temperatura, tensión y frecuencia cardíaca) y los datos se registran en gacela. Los controles se imprimen y se distribuyen en las gráficas de cada paciente para que los médicos las puedan ver al llegar. Es entonces cuando normalmente llegan las analíticas o las gasometrías. Para una analítica se necesita un compresor, una palomita(si tienes suerte y pinchas a la primera), una campana, gasas y los tubos para el laboratorio. Estos tubos en el conxo son de tres colores: malva, azul y verde. El malva es para la hematimetría, el verde de bioquímica, el azul de coagulación y cuando hay un pedido de estándar preoperatorio se cogen los tres. Ya tenemos el material así que ya estamos listos para pinchar, atamos el compresor al brazo del paciente y palpamos siempre con guantes si puede ser para encontrar la vena que vamos a pinchar. Una vez encontrada echamos un poco de alcohol en la gasa y extendemos por la zona para que dilate un poco. Enganchamos la campana a la palomita e introducimos el bisel a unos treinta grados, comprobamos que sale la sangre y vamos introduciendo los tubos pedidos en la campana hasta rellenarlos todos. Desatamos el compresor, y con una gasa limpia y seca apretamos la zona donde hemos pinchado y sacamos la palomita, sin dejar de apretar ponemos un esparadrapo encima de la gasa.
En las gasometrías sin embargo no se necesita compresor, se utiliza una jeringa de gasometría, un tapón, gasas y un contenedor para ir tirando lo que utilicemos. La técnica aquí es diferente, palpamos el pulso del paciente, normalmente el radial ya que vamos a sacar sangre de una arteria. Una vez encontrado hacemos un espacio con el dedo índice y corazón sujetando la zona donde creemos que esta la arteria. Pinchamos con un ángulo de casi noventa grados introduciendo normalmente más dela mitad de la aguja. Sabemos que estamos en arteria porque la sangre refluye sola hacia arriba con mucha presión. Una vez extraída la cantidad de sangre que necesitamos taponamos el pinchazo con una gasa haciendo presión, lo sujetamos con esparadrapo y cerramos la jeringa con el tapón.