Mi primera semana en el hospital, tras la primera toma de contacto y cuando ya iba cogiendo confianza se me ocurrió mirar las historias de los pacientes para saber cual era la causa por la que estaban ingresados. La mayoría eran tumores cerebrales pero me encontré con 2 o 3 pacientes que padecían de HSA. ¿HSA? ¿Qué es eso? Esa fue mi reacción, por lo que al llegar a casa lo busqué. Se trata de una hemorragia subaracnoidea.
Esto es el sangrado en el área entre el cerebro y los tejidos delgados que lo cubren, llamado espacio subaracnoideo.
El sangrado puede ser causado por un aneurisma que se rompe, puede ser espontáneo, por consumo de cocaína, tras el acto sexual, por una malformación arteriovenosa o incluso por un traumatismo craneal.
Este último suele ser la causa más común que observamos en el hospital. En personas de edad avanzada son causados por caídas en las que e golpean la cabeza y en la población más joven causados por accidentes de tráfico.
El síntoma más característico es un intenso dolor de la cabeza de aparición súbita, generalmente más fuerte en la zona del golpe. Pueden presentarse otros como por ejemplo la disminución del estado de conciencia, fotofobia, cambios en el estado de ánimo, confusión, vómitos y nauseas, convulsiones, visión doble o pérdida de la visión de un ojo.
Existen diferentes tratamientos a valorar en esta situación como pueden ser:
- Tratamiento quirúrgico para eliminar grandes acumulaciones de sangre y así aliviar la presión en el cerebro.
- Colocación de espirales en el aneurisma para reducir el riesgo de un posible sangrado posterior ya que esta es la peor complicación.
Como curiosidad (digo como curiosidad porque esto no lo he aprendido en el hospital) destacar que existe una escala llamada escala de Hunt y Hess que sirve para clasificar la gravedad de una hemorragia subaracnoidea pero solo aquellas que no fueran causadas por un traumatismo. La clasificación sería la siguiente:
- Grado 1: paciente asintomático con leve cefalea o rigidez de nuca leve.
- Grado 1a: paciente que no presenta compromiso de conciencia, estable, pero con déficit neurológico establecido.
- Grado 2: paciente con cefalea moderada a severa, con rigidez de nuca moderada, sin déficit neurológico más allá de paresia de los nervios craneales.
- Grado 3: soporoso (con somnolencia), confuso, con déficit neurológico focal leve.
- Grado 4: sopor moderado a profundo, hemiparesia moderada a severa, esbozo de rigidez de descerebración.
- Grado 5: coma profundo, rigidez de descerebración, aspecto moribundo.
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