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viernes, 18 de diciembre de 2015

El famoso sistema AB0

Los antígenos del sistema AB0 determinantes de los grupos sanguíneos son dos: el A y el B. Son antígenos que están presentes en la superficie de los glóbulos rojos de algunas personas pero que están ausentes en otras. Por lo tanto en función de la presencia o ausencia de estos antígenos hay cuatro tipos de grupos sanguíneos: el A, el B, el AB y el 0. De tal modo que el A tendrá presente el antígeno A, el B tendrá presente el antígeno B y el AB tendrá presentes los dos antígenos. El 0 no tiene antígenos presentes. La presencia o ausencia de antígenos está determinada genéticamente por tres alelos: el A, el B y el 0 de tal modo que el A y el B son dominantes sobre el 0 y codominantes entre sí. Pero este sistema antigénico se caracteriza porque un individuo presenta de forma natural anticuerpos para los antígenos que no tiene en el plasma. Por lo tanto la persona que sea del grupo A tendrá en su plasma la aglutinina antiB. Las del grupo B tendrán la aglutinina antiA y las del grupo AB no tendrán aglutinina. Las del grupo 0 tendrán aglutininas antiB y antiA. El grupo 0 por no tener antígenos puede donar sangre a cualquier individuo, de ahí que a los de este grupo se les llame donantes universales, mientras que el grupo AB por no tener aglutininas pueden recibir sangre de cualquier tipo y por eso se les llama receptores universales. Este sistema de grupos sanguíneos tiene gran importancia en las transfusiones ya que si no transfundimos sangre del mismo grupo que la sangre receptora se puede producir la aglutinación de los glóbulos rojos de la sangre donadora. Sin embargo es muy raro que se produzca la aglutinación de los glóbulos rojos del receptor ya que el volumen que transfundimos es muy pequeño con el volumen circudante. Lo máximo que se puede donar son 300 ml. 
Antes de las transfusiones hay que determinar el tipo de sangre del donante y el receptor y se realiza la prueba cruzada que nos dice si las sangres son compatibles en todos los factores sanguíneos y no solo en el AB0 y el Rh. Lo que hace es mezclar glóbulos rojos del donador con plasma del receptor y también plasma del donador con glóbulos rojos del receptor. Cualquier evidencia de reacción antígeno-antigénico en esta prueba debe llevarnos al rechazo de esa sangre donada para ese receptor. 

Metabolismo del hierro. No a la anemia.

La anemia es la falta de hierro en el organismo. Muchas personas padecen anemia sobre todo por la falta de hierro que hay por ejemplo en las lentejas, carne... Para ello, hay pastillas o medicamentos que nos aportan este hierro que nos falta, pero nunca nos preguntamos como funciona su metabolismo.

 El hierro es esencial para el transporte de oxígeno ya que este se une al hierro de la hemoglobina. El hierro se absorbe en la primera parte del intestino delgado por transporte activo y su absorción es más fácil en estado ferroso que férrico. En el transporte activo participa una proteína transportadora, la ferroportina. El transporte activo se produce en dos etapas: en primer lugar de la luz intestinal a la mucosa intestinal y en la segunda etapa desde el interior de esas células hasta el plasma. Este hierro absorbido o el hierro liberado por la destrucción de los glóbulos rojos en el plasma nunca está libre sino que se combina con una beta-globulina que es la apotransferrina formando un compuesto con el hierro llamado transferrina. Esta lleva el hierro hacia la médula ósea, y el hierro en exceso a los lugares de depósito. El hierro puede depositarse en todas las células pero especialmente en las hepáticas, de hecho es el lugar donde se almacena el sesenta por ciento del hierro en exceso. Al llegar al hígado el hierro se libera de la apotransferrina y se combina con otra proteína que es la apoferritina, formando un compuesto llamado ferritina, que es el hierro en depósito. Esta ferritina cede la cantidad de hierro necesaria para su uso. El hierro puede también almacenarse de una forma mucho más insoluble, llamada hemosidenina (que forma grandes acúmulos en las células). Este tipo de almacenamiento solo ocurre cuando la cantidad de hierro en el organismo es superior al que puede contener la apoferritina. 

Analizamos nuestra sangre

La sangre la podemos clasificar como tejido conectivo, un tipo de tejido conectivo especial debido al hecho de que su material intercelular es líquido. A este líquido lo llamamos plasma y en este plasma encontramos una serie de células que son los elementos formes. Por lo tanto la sangre es un fluido mas o menos rojo, dependiendo de la cantidad de hemoglobina(más espesa que el agua), su temperatura es superior a la de piel ya que es de treinta y ocho grados, y por último, su pH es neutro, entre 7,35 y 7,45. El plasma de la sangre forma parte de los líquidos extracelulares y tiene poco volumen, pero aún así es un líquido muy dinámico porque circula, sus constituyentes están en movimiento. La sangre representa el 8% del peso corporal y está comprendida entre los 5-6 litros de un varón de talla media y los 4,5 - 5,5 litros de una mujer de talla media. En cuanto a sus funciones, las podemos agrupar en 3 actividades:
1 La función de transporte: esta función se basa en que el plasma es un líquido que puede disolver y suspender numerosos materiales y llevarlos de célula en célula o retirarlos de ellas para su eliminación. Así se transportan las sustancias alimenticias, las hormonas...
2 La función de regulación: la primera función es que la sangre regula el volumen del subcompartimento intersticial porque los líquidos del subcompartimento intersticial proceden de la filtración que ocurre a nivel capilar. Pero ademas el contenido de proteínas plasmáticas de la sangre produce a su vez el retorno osmótico del líquido intersticial a los capilares. Así pues, todos los intercambios de la sangre con el medio se realiza a nivel de los capilares. La segunda función de regulación es la regulación de la temperatura. El agua del plasma absorbe mucho calor de la actividad metabólica normal, con cambios pequeños en su temperatura interna. Este calor va a ser luego transportado y eliminado en los lugares de eliminación. La tercera función es la regulación del pH, La sangre tiene gran cantidad de amortiguadores del pH como la hemoglobina, fosfatos, bicarbonatos y proteínas. Todas las sustancias se resisten a los cambios de pH. Por tanto la sangre puede transportar los ácidos y bases producidos por el metabolismo hasta los lugares de eliminación sin que varíe el pH.
3 La función de protección: la primera función es la protección contra infecciones. Esto es gracias a los anticuerpos que existen en la sangre. La segunda es la función contra pérdida de la propia sangre. 

martes, 15 de diciembre de 2015

Medimos el azúcar en sangre.


A esto se le llama medir la glucemia. La glucosa es una fuente importante de energía para la mayoría de las células del cuerpo, por ejemplo, las del cerebro. Los carbohidratos que se encuentran en las frutas, los cereales, el pan, la pasta y el arroz se transforman rápidamente en glucosa en el cuerpo. Esto eleva el nivel de glucosa en la sangre. Las hormonas producidas en el cuerpo ayudan a controlar los niveles de glucosa en la sangre.La glucemia varía de acuerdo a los alimentos que la persona haya ingerido.

El nivel normal de glucosa en sangre se encuentra entre 70 mg/dl y 100 mg/dl en ayunas. La glucosa ingerida con las comidas es metabolizada mediante el accionar de diversas hormonas, como la adrenalina, la insulina, el glucagón, los esteroides y los glucocorticoides. De este modo esta prueba se suele realizar a personas que padecen diabetes a no ser que lo mande específicamente el médico. Es una prueba sencilla de realizar, poco cruenta y que el propio paciente se puede realizar a si mismo. El control de los niveles de glucosa en sangre tiene mas valor cuando lo realizamos en ayuno, es decir cuando transcurra un tiempo sin que el paciente ingiera alimentos. Los niveles normales se consideran entre 100 - 125 mg/dl. Para realizar la técnica necesitaremos un glucómetro que es un aparato que mide la glucosa en sangre, tiras de medición y una lanceta. Así pues realizaremos una punción con la lanceta en la yema de cualquiera de los dedos, se suele coger el dedo gordo y una vez que refluya la gota de sangre acercaremos la tira de glucemia que usaremos con el glucómetro. Dependiendo del nivel de glucosa se le pinchará insulina o no.





La diabetes y la insulina.

La diabetes es una enfermedad crónica que se origina porque el páncreas no sintetiza la cantidad de insulina que el cuerpo humano necesita, la elabora de una calidad inferior o no es capaz de utilizarla con eficacia.
La insulina es una hormona producida por el páncreas. Su principal función es el mantenimiento de los valores adecuados de glucosa en sangre. Permite que la glucosa entre en el organismo y sea transportada al interior de las células, en donde se transforma en energía para que funcionen los músculos y los tejidos. Además, ayuda a que las células almacenen la glucosa hasta que su utilización sea necesaria.
En las personas con diabetes hay un exceso de glucosa en sangre (hiperglucemia) ya que no se distribuye de la forma adecuada. Los especialistas advierten que, si los pacientes no siguen el tratamiento adecuado los tejidos pueden acabar dañados y se pueden producir complicaciones muy graves en el organismo.
Hay dos tipos de diabetes: las causas de la diabetes tipo 1 son principalmente la destrucción progresiva de las células del páncreas, que producen insulina. Ésta tiene que administrarse artificialmente desde el principio de la enfermedad. Sus síntomas particulares son el aumento de la necesidad de beber y aumento de la cantidad de orina, la sensación de cansancio y la pérdida de peso a pesar del incremento de las ganas de comer. Las edades más frecuentes en las que aparece son la infancia, la adolescencia y los primeros años de la vida adulta. Acostumbra a presentarse de forma brusca y muchas veces independientemente de que existan antecedentes familiares.
La diabetes tipo 2 se origina debido a una producción de insulina escasa, junto con el aprovechamiento insuficiente de dicha sustancia por parte de las células. Según qué defecto de los dos predomine, al paciente se le habrá de tratar con pastillas antidiabéticas o con insulina (o con una combinación de ambas). En estos casos el paciente no suele presentar ningún tipo de molestia, ni síntoma específico, por lo que puede pasar desapercibida para la persona afectada durante mucho tiempo. Surge en edades más avanzadas y es unas diez veces más frecuente que la anterior. Por regla general, la diabetes tipo 2 también está diagnosticada o la han padecido otras personas de la familia.
 En pacientes con diabetes tipo 1 es necesario la administración exógena de insulina ya que el páncreas es incapaz de producir esta hormona. También es requerida en diabetes tipo 2 si la dieta, el ejercicio y la medicación oral no consiguen controlar los niveles de glucosa en sangre. La insulina se administra a través de inyecciones en la grasa existente debajo de la piel del brazo, ya que si se tomase por vía oral sería destruida en aparato digestivo antes de pasar al flujo sanguíneo. Las necesidades de insulina varían en función de los alimentos que se ingieren y de la actividad física que se realiza. Las personas que siguen una dieta estable y una actividad física regular varían poco sus dosis de insulina. Sin embargo, cualquier cambio en la dieta habitual o la realización de algún deporte exigen modificaciones de las pautas de insulina.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Insuficiencia cardíaca, lo que le cuesta al corazón.

Cuando el corazón empieza a fallar, el organismo lo detecta inmediatamente y pone en marcha los mecanismos compensatorios, por lo que muchos pacientes no llegan a percibir los síntomas anormales que manifiesta el corazón.
Estos mecanismos sólo son eficaces durante cierto tiempo, por lo que llega un momento en el que el organismo no puede remediar el fallo en el bombeo del corazón. Así pues, se habla de insuficiencia cardíaca cuando la función del corazón está alterada o el músculo cardíaco no es capaz de bombear suficiente sangre para abastecer a los órganos, músculos y tejidos del organismo. 
El primer síntoma de la insuficiencia cardíaca se manifiesta cuando el enfermo se somete a cualquier situación en la que es necesario un mayor bombeo del corazón y una mayor cantidad de sangre al organismo. El paciente sentirá ahogo y falta de aire mientras realiza ejercicio o lleva a cabo actividades que antes toleraba bien.
Poco a poco la situación se va agravando y la insuficiencia puede repercutir en otros órganos vitales como los riñones. Entre los principales mecanismos de defensa se encuentran la taquicardia en situación de reposo (al no bombear suficiente sangre el corazón aumenta el número de latidos en cada unidad de tiempo) y el aumento progresivo del tamaño del corazón para conseguir contracciones más fuertes que compensen su deficiencia.
Por este motivo, los enfermos con insuficiencia cardíaca suelen presentar un aumento del tamaño del corazón.

Las causas más comunes de la insuficiencia cardiaca son las enfermedades coronarias, como la angina de pecho y, especialmente, el infarto de miocardio.
Otra causa habitual es la hipertensión arterial, que debe ser detectada y controlada a tiempo.
Por último, los síntomas más frecuentes son: disnea, ortopnea, fatiga, edema...