La regulación de la actividad cardíaca depende de la regulación del volumen sistólico y de la regulación de la frecuencia cardíaca. El volumen sistólico influye de por sí en la frecuencia cardíaca, en el caso de que el volumen sistólico disminuya por algún tipo de deterioro, los mecanismos homeostáticos se encargan de aumentar la frecuencia cardíaca y así conseguir que este volumen aumente. Por lo tanto, para explicar la regulación de la actividad cardíaca, es esencial conocer los procesos de regulación de la frecuencia cardíaca. Para ello observaremos distintos factores: en primer lugar, el control nervioso. El sistema nervioso simpático regula la liberación de sustancias como la noradrenalina y la adrenalina. Estas se liberan en la médula suprarrenal y se tienen que unir a un segundo mensajero para llegar a los receptores del corazón. Este proceso provoca un aumento de la frecuencia cardíaca. La necesidad de un segundo mensajero hace que la acción del simpático tenga lugar a un ritmo lento. El sistema nervioso simpático es un agente cronotrópico positivo. Por otro lado el sistema nervioso parasimpático mediante la estimulación del nervio vago produce la liberación de neurotransmisores como la acetilcolina, que no necesita segundos mensajeros y por lo tanto su efecto es más rápido. Esta sustancia se une a receptores en el corazón disminuyendo la frecuencia cardíaca. Observamos que el sistema nervioso parasimpático es una gente cronotrópico negativo. Los nervios de ambos sistemas se introducen en el corazón por el plexo cardíaco, situado cerca de los grandes vasos, en la base del corazón. Una vez que dichos nervios penetran en la musculatura del órgano son muy difíciles de diferenciar unos de otros, de ahí que sus funciones se hayan conocido mediante la estimulación. De este modo se observa que las ramas parasimpáticas actúan a nivel auricular, las simpáticas también, sin embargo estas últimas se dividen y llegan a los vasos. En cuanto al control químico, depende de las hormonas, estas son las catecolaminas y la hormona antidiurética. Los cationes también influyen ya que el exceso de sodio bloquea la entrada de calcio durante los impulsos cardíacos disminuyendo así la fuerza de contracción, mientras que el exceso de potasio bloquea la generación de los impulsos. Un aumento del calcio extracelular aumenta la frecuencia y la fuerza del latido cardíaco. Por último el control reflejo que depende de los baroreceptores , los quimioreceptores y del reflejo de estiramiento de la aurícula.
Bienvenidos al blog de enfermeras a cuadros. Somos Ángela, Lucía, Marta e Irene, cuatro alumnas de enfermería de la USC. Las cuatro estamos en plantas e incluso hospitales diferentes por lo que día a día os aportaremos distintas versiones, os hablaremos de las variadas enfermedades que allí descubrimos, procedimientos que aprendemos a realizar en nuestras primeras prácticas y lo más importante el primer contacto con el hospital, el personal y los pacientes.
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