Los líquidos corporales, especialmente aquellos que quedan fuera de nuestras células, constituyen nuestro medio interno de nuestro organismo. Estos líquidos, al estar en contacto íntimo con las células, deben mantenerse dentro de unos límites muy estrechos en composición y características y esto representa el primer ejemplo de necesidad de homeostasia corporal.
Nuestro medio interno esta constituído por un alto porcentaje de agua, y esta representa las dos terceras partes del peso corporal. Pero esta proporción varía con la edad y la estructura. Por ejemplo, en lactantes aumenta, en las mujeres disminuye y, además, también varía según la proporción de grasa, de ahí que se exprese la proporción de agua en relación a la masa corporal, y en este caso, el agua representa entre el 60 y el 70 % de la masa corporal de un individuo.
En esta agua corporal, hay disueltos aniones y cationes como son el sodio, hidrógeno, potasio, calcio y magnesio, además de proteínas, cloruros y bicarbonatos que son los aniones. Estos solutos se distribuyen entre los distintos compartimentos del agua corporal por procesos activos como el de la pinocitosis (introducir un cuerpo dentro de la célula) y el transporte activo. La distribución de solutos determina la distribución del agua entre los distintos compartimentos del agua corporal por transportes y procesos activos. Esta distribución determina la del agua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario