martes, 15 de diciembre de 2015

La formación de trombos. ¡A por clexanes!

Un paciente cuando no puede moverse durante mucho tiempo, bien porque esta demasiado enfermo para mover sus articulaciones, o porque esta en coma, o por lo que sea, esta sometido a un grave peligro y este es la formación de trombos. Un trombo puede bloquear el flujo de sangre en una vena o arteria. Si se desprende de la pared del vaso y se aloja en los pulmones o en otros órganos vitales, puede convertirse en un émbolo potencialmente mortal. La hemostasia es necesaria para la supervivencia, pero la formación patológica de un trombo representa riesgos significativos para la salud. El sistema de coagulación depende de un delicado equilibrio entre los factores coagulantes y anticoagulantes naturales y el sistema de coagulación y fibrinolítico. Un desequilibrio en estos sistemas puede dar lugar a una coagulación patológica. El trombo resultante puede potencialmente obstruir el flujo de sangre, dando lugar a varios cuadros clínicos graves que incluyen ataques cardíacos y accidente cerebrovascular en estos pacientes. Así pues, pueden formarse dos tipos de trombos, los trombos arteriales (blancos) y los trombos venosos (rojos). Los trombos arteriales y venosos difieren en composición y apariencia. Los trombos arteriales están compuestos en su mayor parte por agregados plaquetarios, lo que les confiere la apariencia de «trombos blancos». Los trombos venosos constan en su mayor parte de fibrina y eritrocitos, por lo que son conocidos como «trombos rojos».
Así pues el clexane es un medicamento que previene la formación de coágulos en la sangre y que se administra por vía subcutánea. Normalmente se pincha al paciente siguiendo la línea del ombligo a la izquierda o derecha, se coge un trozo de piel donde haya más grasa. 

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