Ha ingresado un paciente nuevo en nuestra planta. Su historia me ha llamado la atención: es un señor mayor de sesenta años aproximadamente, que estuvo tirado cinco horas sobre el lado derecho del cuerpo unas cinco horas hasta que lo encontraron. En ese lado presenta varias úlceras, en la cara, brazo, pelvis y pierna. Una úlcera es una llaga o lesión que aparece en la piel o en el tejido de las mucosas a causa de una pérdida de sustancia y que no tiende a la cicatrización. Dependiendo del grado en el que se esté, el paciente requerirá uno u otro tratamiento para curar las úlceras y poder disminuir el dolor que estas le provocan. En este caso hablamos de úlceras de grado 1 y 2. Las del grado 1 son las que la piel está íntegra y solo se presenta la alteración de una manera superficial, la manera de tratarla será más bien preventiva: cambiaremos la postura del paciente para que la úlcera no empeore, le pondremos almohadillas o protección en la zona infectada para que se cure sola y aplicaremos una crema cicatrizante que deberá habernos recomendado un especialista.
Cuando la úlcera de la piel se ha convertido en una ampolla o muestra una erosión superficial, hablamos de una úlcera de grado 2 y, además de aplicar el tratamiento que hemos comentado en el punto anterior, tendremos que incrementar la higiene de la zona para tenerla limpia e impedir que la herida se infecte aún más.
Con la ayuda de un suero fisiológico tendremos que limpiar la úlcera de la piel así como proceder a la aspiración de la ampolla para eliminar el techo; esto deberá hacerlo un médico para poder controlar la cantidad que se extrae del paciente y así procurar que la recuperación de la lesión sea la más adecuada.
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